Los devastadores incendios forestales han causado decenas de víctimas en Chile, lo que ha provocado un estado de emergencia y una operación de rescate masiva. El desastre ocurrió en momentos en que Chile y otras partes de América del Sur se ven afectados por intensas olas de calor alimentadas por El Niño y exacerbadas por el cambio climático.

El gobierno chileno declaró el estado de emergencia y un período de luto nacional. Según los informes, más de 100 personas murieron y se espera que la cifra de muertos aumente aún más a medida que los rescatistas intentan llegar a las zonas más afectadas en la región de Valparaíso, incluidos los alrededores de la ciudad costera de Viña del Mar.

Las autoridades chilenas emitieron una serie de alertas rojas de alto nivel sobre el riesgo de incendio debido a las elevadas temperaturas, la sequedad de los suelos y los fuertes vientos. El Servicio Meteorológico e Hidrológico Nacional de Chile también emitió alertas rojas por calor, en línea con la campaña Alertas Tempranas para Todos.

El Niño

Los impactos climáticos y los eventos extremos generalmente asociados con fenómenos naturales, como las olas de calor y la sequía, son más fuertes este verano del hemisferio sur debido a la combinación de un fuerte fenómeno de El Niño y el aumento a largo plazo de las temperaturas de la tierra y el mar debido al cambio climático inducido por el hombre.

“Debido a la influencia de El Niño, se espera que la temporada de verano en la región registre temperaturas máximas que estén por encima de los valores normales para la temporada”, dijo Bárbara Tapia Cortés, de la Oficina Regional para las Américas de la OMM.

“Vale la pena recordar que estamos saliendo de 2023, que fue el año más caluroso jamás registrado. Es probable que el efecto de calentamiento del actual episodio de El Niño intensifique aún más el calor durante 2024. Esto provocará más fenómenos meteorológicos extremos que arruinarán vidas y destruirán los medios de subsistencia”, dijo.

El Niño ocurre en promedio cada dos a siete años, y los episodios suelen durar de nueve a 12 meses. Es un patrón climático natural asociado con el calentamiento de las temperaturas de la superficie del océano en el Océano Pacífico tropical central y oriental. Pero tiene lugar en el contexto de un clima cambiado por las actividades humanas.

“Los eventos recientes de El Niño, incluido este, se están creando a partir de un océano que ya es más cálido. Es como si tuvieras una bañera con agua caliente y le pusieras más agua caliente, en lugar de una bañera con agua tibia y le pusieras agua caliente”, dijo Tapia Cortés.

Temperaturas y peligro meteorológico de incendios

Los incendios se producen en un momento en que muchos países de América del Sur, incluidos Chile, Argentina, Paraguay y Colombia, registran olas de calor persistentes y muchos récords de temperatura en las estaciones.

En Santiago de Chile, el mercurio alcanzó los 37,3 °C el 31 de enero, la tercera temperatura más alta registrada en 112 años.

En Colombia, donde el gobierno declaró los incendios forestales que el país está combatiendo como un desastre natural, varios municipios también registraron temperaturas récord. Esto incluyó 40,4 °C en Jerusalén.

Argentina se vio afectada por una ola de calor persistente del 21 al 31 de enero, con el calor continuando hasta febrero y alertas de calor rojo generalizadas de nivel superior.

El altísimo peligro meteorológico de incendios en los últimos días en la zona central de Chile (véase el ranking del Índice Meteorológico de Incendios del 03-Feb-2024 del Sistema Mundial de Información sobre Incendios Forestales a continuación), incluida la región de Valparaíso, reflejó no solo las altísimas temperaturas, sino también la muy baja humedad y la prolongada y severa sequía. Estas condiciones, junto con los fuertes vientos, son muy favorables para el desarrollo de incendios forestales catastróficos.

Calor-Salud

Las altas temperaturas suponen un riesgo para la salud de las personas. Entre 2000 y 2019, se estima que 489.000 personas murieron al año en todo el mundo, siendo las personas mayores y otros grupos vulnerables los que corren mayor riesgo.

La OMM es copatrocinadora de la Red Mundial de Información sobre Salud del Calor, que trabaja para mejorar la capacidad de proteger a las poblaciones de los riesgos evitables para la salud del calor extremo en nuestro clima cambiante.

Los sistemas de alerta temprana permiten alertar a la población, a los gobiernos subnacionales y a las organizaciones de la sociedad civil de los períodos de temperaturas inusualmente altas, de modo que puedan estar mejor preparados para hacer frente a las altas temperaturas.

A medio plazo, es recomendable desarrollar un Plan de Acción contra el Calor con el fin de medir y reducir la vulnerabilidad al calor.

Así, el Servicio Nacional de Meteorología de Argentina, SNM, desarrolló un Sistema de Alerta Temprana de Temperaturas Extremas (SAT-TE). Bajo este sistema, el SNM emite alertas por altas temperaturas y olas de calor y el Ministerio de Salud emite recomendaciones para la atención de la salud.