NUEVAS PATERNIDADES: UN CAMBIO NECESARIO EN LA SOCIEDAD ECUATORIANA

En el marco del Día del Padre, se hace imprescindible reflexionar sobre la transformación que ha vivido la figura paterna en el Ecuador. Si bien tradicionalmente el padre fue concebido como el proveedor, la autoridad y muchas veces una figura distante dentro del hogar, las nuevas generaciones han comenzado a romper con ese paradigma, promoviendo un modelo de paternidad más afectiva, presente y corresponsable.

La corresponsabilidad parental implica que el cuidado, la crianza y la educación de los hijos no son tareas exclusivas de la madre, sino un deber compartido de ambos padres. Esta visión moderna se aleja del estereotipo de género y busca un entorno familiar donde la presencia paterna sea constante, empática y activa. No obstante, los desafíos son múltiples pues los padres profesionales enfrentan las mismas barreras que, históricamente, han enfrentado las madres. Desde el estrés, la discriminación laboral y la dificultad de equilibrar la vida familiar con las exigencias del mundo laboral y académico, sumado a la rigidez de los horarios que muchas veces limita el tiempo de calidad con los hijos.

Para el Dr. Martín Dotti, docente de la UISEK, desde la educación superior se plantea un rol clave en la promoción de estas nuevas formas de paternidad, pues para él, “la experiencia personal de los docentes, sumada al análisis crítico de estadísticas y literatura, permite generar conciencia en los jóvenes sobre la importancia de romper con esquemas tradicionales que ya no tienen cabida en la actualidad”. Sin embargo, aunque existan ciertos avances, las políticas públicas en el país aún son tímidas y carecen de la contundencia necesaria para promover un verdadero cambio cultural. Además, la falta de voluntad política y social sigue siendo una barrera para consolidar una paternidad activa como norma dentro de la sociedad ecuatoriana y a nivel de Latinoamérica.

Por ello, el mensaje para los padres jóvenes es claro: la vida es un aprendizaje constante. Asimismo, es vital rescatar lo positivo de las generaciones anteriores, pero también reconocer y corregir los errores del pasado. De esta manera, se podrán romper los círculos viciosos y construir vínculos más sanos y significativos con los hijos. Por lo que, en este Día del Padre, celebramos no solo a los que están presentes, sino a quienes día a día se esfuerzan por transformar su rol y aportar a una sociedad más equitativa, justa y humana.

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