
En un contexto deportivo cada vez más exigente, la integridad de la competencia sigue siendo un pilar esencial. La lucha contra el dopaje no solo se fundamenta en el control biológico, sino también en un robusto marco jurídico que garantice procesos justos, transparentes y efectivos. En este escenario, el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) juega un papel clave como órgano encargado de resolver controversias relativas a violaciones de las normas antidopaje.
El proceso arbitral ante el TAS: garantías y rigor jurídico
Según explica el profesor Juan Ramón Liébana Ortiz, docente del Máster en Arbitraje Internacional de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), el TAS actúa como primera instancia a través de su Cámara Antidopaje, siempre que exista una cláusula de arbitraje reconocida por el Código Mundial Antidopaje. El procedimiento se estructura en dos fases: una fase escrita y otra oral, esta última opcional dependiendo del caso.
Durante la fase escrita, las partes presentan pruebas, testigos y peritos, mientras que en la fase oral (audiencia), el tribunal escucha sus argumentos finales antes de emitir un laudo arbitral. Este laudo, que puede ejecutarse una vez se comunica su parte dispositiva, es apelable en un plazo de 21 días ante la Cámara de Apelación del propio TAS.
Responsabilidad objetiva: el centro del debate jurídico
Uno de los puntos críticos del sistema antidopaje es el principio de responsabilidad objetiva, donde el deportista es responsable de cualquier sustancia prohibida detectada en su organismo, sin importar su intención. Esto implica que pruebas como el hallazgo de sustancias prohibidas, su uso o posesión, o incluso la manipulación de controles, son suficientes para sustentar una infracción.
El profesor Liébana detalla que las pruebas pueden incluir desde resultados analíticos de muestras (tipo A o B), hasta el perfil longitudinal del atleta o testimonios confiables, todos analizados por laboratorios acreditados por la Agencia Mundial Antidopaje.
Prevención y formación: claves para evitar el dopaje involuntario
A pesar de que los deportistas de élite reciben una formación jurídica y médica adecuada, los casos de dopaje involuntario persisten. Entre las principales causas están los suplementos contaminados, medicamentos de uso común, alimentos adulterados o incluso la inhalación pasiva de sustancias como el cannabis.
Liébana enfatiza que, si bien existen precedentes donde se ha exonerado a deportistas por bajos niveles de sustancias atribuibles a contaminación alimentaria —como los casos de clembuterol en México y España—, el régimen de responsabilidad objetiva hace que probar la inocencia se asemeje a una probatio diabólica. Esto refuerza la necesidad de extremar precauciones, fortalecer las campañas educativas y mejorar la trazabilidad de sustancias ingeridas.
El arbitraje deportivo, un equilibrio entre justicia y eficacia
El régimen arbitral del TAS permite resolver disputas con celeridad y rigor técnico, protegiendo tanto la salud del deporte como los derechos de los atletas. En palabras de Liébana, «la clave está en que las sanciones respondan a un proceso justo, donde se respeten los principios del debido proceso y la proporcionalidad, sin dejar de lado el principio rector de tolerancia cero frente al dopaje.»
