La Medicina del Trabajo es una especialidad médica orientada a prevenir, diagnosticar y tratar afecciones de origen laboral, así como a promover la rehabilitación y reinserción laboral. Su enfoque es integral: abarca la identificación de riesgos, la vigilancia de la salud individual y colectiva, la promoción del bienestar, el diagnóstico y tratamiento de daños a la salud relacionados con el trabajo la evaluación pericial de incapacidades, la gestión de la salud y seguridad ocupacional y la investigación científica aplicada. En Ecuador, menos del 4% de los trabajadores accede a un examen médico antes de iniciar una actividad laboral y solo el 6% cuenta con controles médicos periódicos. Además, existen menos de 100 médicos especialistas en Medicina del Trabajo frente a más de 1,2 millones de empresas activas.

La emisión del Decreto Ejecutivo 255 en 2024, que establece el Reglamento de Seguridad y Salud en el Trabajo, exige la contratación de médicos del trabajo en empresas con 1.000 o más empleados, visibilizando la urgencia de cerrar esta brecha. La formación de estos profesionales no solo responde a una exigencia normativa, sino que es clave para reducir la carga de enfermedad y aportar al desarrollo de una cultura de prevención.
Contar con médicos del trabajo permite intervenir en los determinantes sociales de la salud, reducir el ausentismo, mejorar la calidad de vida de la población ocupada y promover entornos laborales más seguros. Además, su aporte en políticas públicas y vigilancia epidemiológica fortalece la salud pública desde el espacio donde millones de personas pasan la mayor parte de su vida: el trabajo. Invertir en esta especialidad de la salud es invertir en justicia social, productividad y bienestar colectivo.

De este modo, esta especialidad médica se consolida como una respuesta clave frente a la alta carga de enfermedades laborales, el subregistro, la escasa vigilancia en salud y la falta de especialistas en Ecuador. Así, se fortalece la estructura sanitaria desde un enfoque preventivo, clínico y ético. Como señala la Docente Investigadora de la UISEK, Pamela Merino, “formar profesionales en Medicina del Trabajo es urgente para cerrar brechas, cumplir la normativa y proteger la salud de la población trabajadora”.
