DÍA MUNDIAL DE LA SALUD MENTAL: EXPERTOS EXAMINAN BRECHAS, CONSECUENCIAS DE LA PANDEMIA Y POSIBLES SOLUCIONES

El Día Mundial de la Salud Mental se celebra cada 10 de octubre como un llamado de atención sobre la importancia de enfocarnos igualmente en nuestro bienestar mental y físico. Con el tema de este año, «Salud mental en catástrofes y emergencias«, el evento busca mostrar la brecha entre este principio y la realidad para muchos que no pueden hacer uso de servicios básicos, un desafío que requiere políticas públicas, inversión y un cambio radical en la aceptación cultural.

Datos en Ecuador:

Solo alrededor del 0,80% del presupuesto general de salud se gasta en salud mental, una subprovisión que indica una falta de énfasis en la salud mental, lo que lleva a una grave escasez de servicios, profesionales e infraestructura, especialmente en partes remotas del país. Esta crisis fue amplificada por una pandemia que dejó tendencias generalizadas de depresión, ansiedad y trastorno de estrés postraumático, afectando particularmente a jóvenes, estudiantes y trabajadores de la salud, quienes siguen afectados por un desbordamiento emocional.

Desde la academia, la Dra. Gabriela Llanos, docente de la UISEK evalúa estas brechas: “Reconocer este derecho en la ley es una cosa, pero la deuda es implementarlo. Falta presupuesto, servicios distribuidos de manera desigual y estigma que significa que la atención de salud mental se ve como un lujo, no una necesidad; esa es una barrera que necesitamos derribar con pasos tangibles”.

Por otro lado, las herramientas digitales son clave para combatir el burnout o síndrome del trabajador quemado, ya que democratizan el acceso a la salud mental mediante apps y terapias online, superando barreras geográficas. Su potencial es complementario: ofrecen soporte inmediato y escalable para casos leves, pero no sustituyen la terapia tradicional en situaciones graves. Para un impacto real, es crucial priorizar aplicaciones con respaldo profesional, que aseguren la privacidad de datos y cuya eficacia esté validada localmente. La apuesta debe ser por un modelo híbrido que combine la inmediatez de lo digital con la profundidad del apoyo humano especializado, construyendo así entornos mentalmente saludables de manera más eficiente.

La implementación efectiva de la Ley Orgánica de Salud Mental requiere no solo de la voluntad política para asignar un presupuesto real y descentralizado que satisfaga las necesidades de la población, sino también del compromiso de actores clave como las universidades. Estas deben destacarse no solo como formadoras de profesionales, sino también implementando modelos de bienestar concretos que sirvan de ejemplo. La apuesta debe ser por un modelo híbrido que combine la inmediatez de lo digital con la profundidad del apoyo humano especializado, construyendo así entornos mentalmente saludables de manera más eficiente y equitativa.

Deja un comentario