LA POBREZA EN ECUADOR ES UNA CRISIS DE ACCESO A EDUCACIÓN, SALUD Y TRABAJO DIGNO

17 de octubre se celebra el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza 2025, con el objetivo de terminar con la pobreza extrema en el mundo.

El Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza fue proclamado por la ONU en 1992, pero la primera vez que se celebró fue en 1987 en París. La erradicación de la pobreza es uno de los mayores retos globales con que se enfrenta actualmente el mundo.

En el marco del Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, los últimos datos del INEC revelan que, en Ecuador la pobreza por ingresos afecta al 24.0% de la población y la pobreza extrema al 10.4%, con una desigualdad estructural reflejada en un coeficiente de Gini de 0.47. Esta situación se ve agravada por una tasa de informalidad laboral que alcanza el 52.4%, lo que significa que millones de personas carecen de seguridad social y derechos laborales básicos.

La pobreza no es solo una cuestión económica. Se trata de un fenómeno que comprende la falta de las capacidades básicas para vivir con dignidad afirma, Alcibar De Jesús Pila, docente de la UISEK quien alerta que la pobreza en Ecuador es una crisis multidimensional que trasciende la falta de ingresos. El experto señala que las dimensiones más vulneradas de la dignidad son el acceso a educación de calidad, servicios de salud efectivos y viviendas dignas con servicios básicos. Esta situación se agrava por una informalidad laboral del 52.4%, que perpetúa ciclos de vulnerabilidad y limita cualquier progreso sostenible.

La crisis afecta desproporcionadamente a niños, mujeres jefas de hogar y comunidades indígenas y afroecuatorianas, mientras la brecha territorial profundiza el problema: las zonas urbanas enfrentan empleo informal y educación de baja calidad, mientras las rurales sufren de aislamiento, agricultura de subsistencia y grave déficit de infraestructura y conectividad. «La pobreza infantil no puede separarse de la pobreza en el hogar, que es donde todo se origina», recalcó Pila, citando al Secretario General de la ONU.

Frente a este panorama, el académico de la UISEK sostiene que programas asistenciales como el Bono de Desarrollo Humano son insuficientes. «Se requieren políticas transformadoras que combinen empoderamiento comunitario, innovación productiva y educación inclusiva», afirmó. Sectores como la agroindustria modernizada, el turismo sostenible y el desarrollo tecnológico emergen como claves para generar empleo digno y reactivar la economía desde los territorios más postergados.

El llamado a la acción es contundente: a los tomadores de decisiones, políticas de Estado claras y con presupuesto; al sector privado, generación de empleo digno con responsabilidad social; y a la ciudadanía, solidaridad y consumo de lo local. «Desde la UISEK, nuestro compromiso es formar profesionales críticos e impulsar investigación aplicada para encontrar soluciones viables. La erradicación de la pobreza no es un gasto, es la inversión más urgente para el futuro del país», concluyó Pila.

Deja un comentario